Nada más aterrizar en suelo islandés te sentirás seducido por sus espectaculares fiordos, glaciares y mares de hielo. Situada en el límite del círculo polar, es una tierra de contrastes, quizá con los paisajes más salvajes de toda Europa. Sus playas de arena negra, fuentes de agua caliente, géiseres y volcanes te harán sentir en los confines del mundo.
Pero Islandia posee además pueblos de pescadores con vestigios vikingos y una increíble capital, Reikiavik, con una vida cultural y nocturna de lo más animada. Justo al sur se encuentra el llamado Círculo de Oro, con su laguna glacial Jökulsarlon, el parque nacional de Skaftafell y las islas Vestmannaeyjar.
Estas últimas, a tan sólo 30 minutos en ferry desde el continente, resumen la extrema belleza de este paraíso. Descubrirás acantilados de vértigo sólo poblados por pájaros marinos, corrientes de lava helada y una ciudad de cuento, Heimaey, cuyas coloristas casas relampaguean bajo la gélida luz ártica.