El país evoca hoy más a Shakira que a Pablo Escobar. Basta con asomarse a Bogotá, que suma a sus cuatro siglos de historia, hoteles de lujo, restaurantes gastronómicos y estilosos bares. Ya en triángulo del café, una región que recorremos en jeep, descubrimos un aromático paisaje montañoso salpicado de haciendas con aspecto de palacios rurales.
Nos acercamos a Cartagena de Indias, al borde del Caribe, para degustar su encanto colonial maravillosamente restaurado, sus palacios e iglesias barrocas, sus callejuelas repletas de buganvillas, sus mansiones con patios y fuentes… Proseguimos hacia el espectacular parque nacional de Tayrona, antes de llegar a la Sierra Nevada de Santa Marta y las ruinas de Ciudad Perdida.
Ponemos el broche de oro embarcando hacia las islas Rosario, para disfrutar durante unas horas de sus aguas cristalinas y arrecifes, o volando hasta las islas de San Andrés y Providencia. Compensan los 700 kms. de distancia: sus aguas exhiben hasta siete colores, su arrecife de coral es el segundo mayor del mundo y sus exuberantes bosques tropicales nos transportan a las leyendas de piratas.