Bañada por el mar de Tasmania y el océano Pacífico, Nueva Zelanda se compone de dos islas principales: la isla del Norte con sus volcanes y la isla del Sur con sus crestas nevadas. Con 10 parques naturales, es un auténtico santuario natural donde podrás nadar en aguas turquesas y en fuentes calientes, visitar grutas y viñedos, trepar por volcanes, o atravesar bosques y fiordos.
Desde la animada Auckland podrás trasladarte hasta Rotorua, una ciudad que sorprende con su lago, su llanura volcánica y su enclave geotérmico de Wai O Tapu. Tras pasar por las cataratas Huka que caen sobre el lago de Taupo, llegarás al espectacular Tongariro National Park, con volcanes dormidos y lagos esmeralda.
En Wellington se coge el ferry para la isla del Sur, donde también se suceden los contrastes: el parque de Abel Tasman con soberbias bahías y playas; los glaciares Franz Josef y Fox; los lagos de Wanaka y Hawea; y los fiordos del Firoland National Park y Milford Sound. Nuestro periplo de actividades al aire libre puede finalizar en un acogedor lodge de Queenstown, con apacibles vistas hacia el lago y las montañas.
La capital del surf está en Raglan, con olas de hasta 500 metros
Tongariro Alpine Crossing es el recorrido pedestre más célebre del país
Frente a Auckland, la bohemia Waiheke Island es el refugio de viejos hippies millonarios
Kaikoura es el mejor lugar para avistar ballenas, cachalotes, focas y albatros